
La agenda republicana que adelantó el señor Trump cuando estuvo en la Casa Blanca, fue viciada por mezquinos intereses de unos cuantos millonarios buscando aumentar las ganancias de sus inversiones en negocios de alta rentabilidad donde las necesidades sociales y los problemas de supervivencia de la mayoría de los ciudadanos estadunidenses no tienen ningún valor.
Los Estados Unidos son el país fundado e inspirado en los principios filosóficos, morales y éticos de la democracia y su evolución.
Esos principios que dieron fundamento a la escritura de la Constitución han sido uno de los mayores logros de un país que en muy pocas décadas se convirtió en el gran imperio que logró derrotar el fascismo y dar ejemplo de democracia gracias al respeto por su constitución.
Esos principios fundamentales están en peligro.
No se trata de coludirse ni convertirse en cómplice de sus rivales políticos pero sí, de honrar una tradición de respeto hacia los opositores para hacer que la democracia se pueda vivir en términos civilizados.
Lo que sucede en este país, afecta, no solo la vida de los 330 millones que lo habitan, sino de miles de millones alrededor del mundo que se ven afectados por las decisiones políticas que se toman en Washington, D.C.
Es increíble que tantas encuestadoras profesionales puedan equivocarse mostrando un empate entre los dos candidatos que tienen una diferencia tan notable en educación y logros. Empresas profesionales que deben aplicar los recursos matemáticos en las estadísticas, usando metodologías y técnicas para recoger y organizar datos que sustenten esos resultados no pueden estar equivocadas.
Eso nos obliga a reflexionar sobre la gravedad e importancia de estas elecciones, será posible que la mitad del país esté enceguecido y no recapacite frente a los hechos.
En los cuatro años de Trump no funcionó la economía por arte de magia, lo hizo porque Obama la saneó durante ocho años –en un principio a petición de Bush el presidente republicano saliente que le pidió auxilio cuando aún no se había posesionado porque a él se le había salido de las manos– y luego debido a la organizada gestión de Obama se consiguió dicha recuperación económica para entregarla al siguiente gobierno que ahora se toma estos logros como propios.
No se necesita un experto analista político, para reconocer las graves falencias de los republicanos en grandes temas que mueven una campaña presidencial.
Comencemos por el lenguaje del señor Trump así como el de sus seguidores que denuncia en sí mismo su vulgaridad y falta de conocimiento. Está fundamentado ese lenguaje en mentiras, motivado en odio irracional y caprichos que causan malestar en muchos sectores sociales.
La verdad es que Trump no ha entendido la importancia de la investidura presidencial, lo vimos a diario en los cuatro años que duró su periodo presidencial. Comprobamos que no tiene idea de lo que es la moral y mucho menos la ética.
Lo que ha puesto en juego, para satisfacer su egolatría es un descrédito para él mismo y un atentado contra las instituciones y la democracia.
Sus declaraciones frente al proceso electoral el 3 de noviembre del 2020 cuando el conteo de votos aún no había terminado y su afirmación de triunfo sin ningún fundamento, que alegaba un fraude electoral que nunca existió; son una muestra de la pobreza moral de Trump.
Demostró que la economía, la problemática social, la cultura y las relaciones internacionales son campos vedados a su limitada visión que se ciñe exclusivamente a él y a su círculo.
Los desafíos que los Estados Unidos enfrentan en este momento histórico, tanto en los asuntos domésticos como a nivel internacional, requieren de un jefe de Estado como Kamala Harris una mujer integral con mano firme, cabeza fría y la capacidad intelectual de pensar antes de tomar decisiones.
No cualquiera puede tener en sus manos el poder de la energía nuclear, por ejemplo.
Por fortuna Joe Biden ganó legítimamente y Donald Trump continúa 4 años después tratando de provocar otro 6 de enero si no gana, lo que seguramente sucederá porque todos los indicadores nos ofrecen un futuro prometedor con renovada fuerza y educación.
Apelamos a la inteligencia de los votantes para la llegada a la Casa Blanca de una excelente y preparada mujer como Kamala Harris, con estatura moral y ética. Con experiencia suficiente para destacar esta nación con decencia y acierto como sus veredictos intachables cuando fue Fiscal del Distrito.
Por el otro lado tenemos un candidato insidioso que durante 4 años ha estado atacando irracionalmente a la administración Biden-Harris, mostrando abiertamente su egolatría con insultos, mentiras, amenazas y exabruptos de alguien que no entendió ni asimiló la responsabilidad de su paso por la Casa Blanca.
¿Cuál es el talante y la calidad humana que se requiere para honrar la investidura del cargo más importante de la nación, en un momento histórico marcado por la guerra de Israel contra Palestina o de la de Putin contra Ucrania, y la incipiente escalada de todo el Medio Oriente?
Además de las crisis de las economías mundiales la nación estadounidense reclama el liderazgo hacia una transición pacífica de un nuevo orden mundial que garantice, no solo resolver las necesidades de los estadounidenses; sino que sirva de guia para los nuevos desafíos del medio ambiente, el recalentamiento global y la preservación del planeta.
Sin duda la formula KAMALA HARRIS-TIM WALZ será capaz de abrir caminos a los problemas internos del país y restaurar el liderazgo internacional que reclaman todos los países del mundo para el futuro inmediato.
Lo que fue una pesadilla, durante los 4 años de Trump, no puede repetirse.
El Trump de hoy es un condenado con 34 cargos criminales dictados por un jurado independiente y múltiples acusaciones de las que busca librarse regresando a la Casa Blanca. Ese es su mayor programa.
Sus últimos “rallies”, han sido un despliegue mayor de grosería de la que conocíamos. Su capacidad para insultar con bajeza y un grado extremo de vulgaridad contra la candidata, asombran.
“Latinos por Trump” suena como una aberración del pensamiento, siendo que el primer objetivo si gana, es el resquebrajamiento de esta comunidad con inconstitucionales deportaciones masivas, destruyendo y separando a millones de familias que han vivido en los Estados Unidos durante 10, 20 y 30 años.
Una muestra de lo que sería un gobierno de Trump ha sido dada por las leyes fascistas de gobiernos como el de Greg Abbot en Texas y Ron de Santis en Florida: prohibición de libros, leyes extremas y crueles contra la salud de las mujeres y el aborto, persecución a la educación pública y al sistema de librerías. Cárcel para quien conduzca un auto con un indocumentado a bordo y un sinnúmero de medidas que atentan contra la razón, el calentamiento global y los derechos humanos y civiles firmados desde 1964.
Latinos que han venido huyendo de una dictadura, quieren dar su voto a quien ha demostrado que su objetivo es ser un DICTADOR para esconder sus juicios y evadir la justicia, atacando a los sectores más débiles de la sociedad, o sea, a los nuevos inmigrantes.
El presidente Biden hizo el “Parole humanitario” que alivió a las comunidades que huyen desesperadamente de persecución gubernamental y él, Trump, lo quiere destruir.
¿Cómo pueden ser tan ciegos y no ver las diferencias?
TODOS LOS LATINOS CONSCIENTES Y EDUCADOS DEBEMOS VOTAR YA POR KAMALA HARRIS-TIM WALZ, tan pronto como se abran las urnas y hasta el 5 de noviembre para SALVAR LA DEMOCRACIA Y LOS DERECHOS HUMANOS en los Estados Unidos y en el mundo, pues esta democracia es un modelo y lo que aquí suceda afecta a la humanidad entera.